25 sonetos del S.XXI (En rescate del soneto)-(Parte 3)
- Batman de Comala
- 17 abr 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 28 may 2021
Por fuera de la forma el contenido, aunque muchísimas veces el contenido hable de la forma (ver ejemplo de Lope de vega en la parte 1 de estas mismas publicaciones). El contenido no está fijado, hay crítica social, critica a la forma misma del soneto, en el caso de Borges la maravillosa forma de generar problemas en la lectura del soneto. Con 1964 si uno quiere leer el soneto para que se entienda el contenido debe no hacer pausas al final del verso, y si uno quiere respetar la lectura y la musicalidad del soneto va a hacer confuso el contenido. Vean:
1964
I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Otras veces el contenido no hace guiños al soneto en si como forma específica pero si a la literatura en general, es el caso de Shakespeare que muy a menudo desde una humildad nunca vista habla del poder que tiene su pluma de inmortalizar a su amada con tan solo hablar de ella en un soneto. Porque claro, ellos tanto el bardo como quien fuera su musa hoy son polvo, pero el soneto sigue y seguirá siendo leído.
XVIII ¿Por qué igualarte a un día de verano si eres más hermoso y apacible? El viento azota los capullos mayos y el término estival no tarda en irse;
si a veces arde el óculo solar, ás veces su dorada faz se nubla y es norma que, por obra natural o del azar, lo bello al fin sucumba.
Mas no se nublará tu estío eterno ni perderá la gracia que posee, ni te tendrá la muerte por trofeo
si eternas son las líneas donde creces: Habiendo quien respire y pueda ver, todo esto sigue vivo y tú también.
El poder de la literatura con gran valor estético es ni mas ni menos que el de inmortalizar. Pero a veces los sonetos son solo una historia cotidiana, de un hijo que no quiere volver a su pueblo y no se permite ver a su madre, como en “Soneto a mamá” de Serrat uno de mis favoritos:
No es que no vuelva porque me he olvidado De tu olor a tomillo y a cocina, De lejos, dicen que se ve más claro, Que no es igual quien anda y quien camina.
supe que el amor tiene ojos verdes, Que cuatro palos tiene la baraja, Que nunca vuelve aquello que se pierde Y la marea sube y luego baja.
Supe que lo sencillo no es lo necio, Que no hay que confundir valor y precio Y un manjar puede ser cualquier bocado.
Si el horizonte es luz y el rumbo un beso, No es que no vuelva porque te he olvidado, Es que perdí el camino de regreso, mamá
En fin, en los próximos cinco sonetos que les dejo encontrarán algunas referencias a los grandes poetas españoles del siglo pasado, pero también a los grandes poetas nuestros, a los tangueros que sin duda hay que pelear porque resistan y sobrevivan al desguace cultural que propone el mercado, la falta de buen gusto, o el olvido. Y también la particularidad del soneto número XIV dedicado a mi gran amiga Ayelén, que no tendrá la suerte de inmortalizarse conmigo claro está, pero vaya que me alegra poder brindar un buen gesto de cariño y respeto a las personas que valen mas que tiempo y oro juntos.
Ventana confidente - Soneto XI
Memorias, maletas, horas, amigos,
celos, alcohol, venenos, confianza
si recitando a Miguel soy más mío:
“…garra suave, dejadme la esperanza.”
Mirando el mar gótico sombras me hundo
(que perruno y furtivo pasatiempo)
tan sencillo, tan fácil que era el mundo
que tontos y grises nos hemos vuelto.
Amanece y todos callan ¡Que estalle!
en silencio exigen nombrar distinto
y temen desear a tientas que falle.
Vigilé la noche con sabiduría
los oí después de irse en la calle
¡Váyanse! la equivocación es mía
Comisuras - Soneto XII
Mi lema: no me gusta lo que escribo
mi bandera es luz del vino del alba
mi estandarte: seguiré siendo un niño
mi victoria es acariciarte el alma.
Como reencontrar lo inhallable verte
más semidesnuda dentro que fuera
al fin de la bella pasión sin suerte
tu belleza, más guapa que cualquiera.
Tus comisuras: mi corazonada,
mi deseo, mi ilusión, mi paciencia,
cómo hallarte si estas desencontrada.
El amor ambiguo en las despedidas
me deja sin vos, siendo casi nada,
intentando curarme las heridas.
Garúa - Soneto XIII
Si me pierdo como un duende buscando
aquella belleza, baya vellosa,
sordera que sondea cada canto,
no era este poema, ni era esta prosa.
¿Quién fuera el que escribió aquel poema?
no era Darío, ni Martí, ni Dalí,
ni Girondo me resuelve el problema,
no es Neruda, no es Hernández, yo no fui.
No está en el Aleph ni su mirilla,
pero estas junto a esa melodía
y se me dibuja la sonrisilla.
Las ganas de escribir esa poesía.
Que noche tan de espera en la camilla
hasta el botón se piantó de la esquina…
Viento del mar. – Soneto XIV
A ella con voz de mar e historia fatal
de un buque suicida la dormitaban,
con el reto del viejo llamado Serrat
a mí niño exterior despertaban.
Luego dibujó planos con mareas
y puertas que se abren a caminos,
planificó levantar las banderas
de todos los oprimidos caídos.
Yo naufragué en un mar de malas letras
sin alma que vender libra por libra,
cómo si pudiera escribir por becas.
Y aunque casi nunca la recuerde bien
y siempre la imagino de mentira,
me cuenta el viento que se llama Ayelén.
Desde el silencio - Soneto XV
El tortuoso camino de pasiones
me ha llevado feliz hacia el silencio,
ya no canto “Malena” o las canciones
que hacían bailar lento con el viento.
Ni escribir enhorabuena así puedo
voy a lomos de una yegua sombría
llamada desidia y a veces sonrisa
negociar leer poemas rotos quiero.
Naufrago extrañamientos de flor en flor
desde sus ojos lejanos ausentes
me voy sin desertar hacia aquel horror.
Bebiendo inventarios inentendibles
que son mis principios inexistentes
llego a paraísos indescriptibles.

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