top of page

EL ORIGEN Y LA EVOLUCIÓN DEL ARQUETIPO DE LAS BRUJAS

Actualizado: 9 nov


A mi hermana que es bruja porque así lo cree,

o porque es bruja aunque no lo crea.

 

               

ree

                Hace unos meses se viralizó que el origen del arquetipo de las brujas se encontraba en las maestras cerveceras que tenían calderos para cocinar la malta, gatos para ahuyentar las ratas, escobas y sombreros puntiagudos para ser reconocidas como productoras y vendedoras de cerveza. .¿Es este el origen de las brujas? ¿Cuándo y cómo se fue construyendo la idea clásica que tuvimos de la bruja vieja mala y fea? ¿Seguimos sosteniendo ese mismo tipo de personajes como referencia de bruja? En este texto intentaremos responder estas preguntas haciendo eje principalmente en la construcción ficcional de las brujas sin obviar el fenómeno histórico de lo que fueron las cacerías de brujas.

                Las predecesoras de las brujas son las hechiceras. Las primeras las podemos encontrar en la mitología griega con Hécate, diosa de la mitología griega asociada con la magia, la noche, la naturaleza y las encrucijadas. A veces representada en su forma triple, con tres cuerpos o cabezas, sosteniendo antorchas y una llave. Circe, hechicera, hija de Helios, famosa por su magia y por transformar a los compañeros de Odiseo en cerdos. Circe es experta en el uso de brebajes y pociones, y siempre está rodeada de naturaleza. Medea, conocida por ser una poderosa hechicera y princesa de la Cólquida. También utiliza brebajes e intenta adivinar el futuro. Aquí encontramos elementos que luego formaran parte de las brujas más famosas de la literatura, la magia y la relación estrecha con la naturaleza.

Las moiras
Las moiras

                Sin embargo no es la magia la única característica de las brujas en su concepción literaria, sino también la predicción del futuro, la lectura del destino, la venganza, el resentimiento y el poder de decidir sobre la vida. Estas características se pueden hallar en las Moiras (las parcas) y las Erinias (las furias), reconocidas personajes míticas griegas. Las Moiras (las Parcas) cuyos nombres son Cloto, Láquesis y Átropo eran las diosas griegas del destino, que hilaban, medían y cortaban el hilo de la vida de cada ser humano, controlando su destino de forma irrevocable. En la literatura se las representa como ancianas, tres ancianas que determinan el tiempo de vida. Las Erinias (Las Furias, Euménides, las benévolas, las bondadosas), Alecto, Megera y Tisífone  eran las vengadoras y castigadoras de los crímenes graves, especialmente los de sangre y contra la ley, que atormentaban a los criminales en el inframundo, incluso a los dioses si infringían las leyes morales. Son presentadas de un modo especialmente abominable en las Eumenides de Esquilo, como criaturas oscuras, semejantes a vampiros (aquí podemos pensar en las novias de Drácula) que se mueven a gatas, sus ojos rezuman pus y su respiración es áspera y siniestra. En el periodo romano se fija que son tres y que sus nombres son Alecto, Tisifona y Megaira. En general se las representa como seres fantásticos, de aspecto adusto, con antorchas y con serpientes en el pelo. En el infierno de la divina comedia dantesca aparecen retratadas de una forma monstruosa.

 

Dante Alighieri Infierno, IX

 

“Aun dijo más que no guarde en la mente,

Pues tenía prendida la mirada

En la alta torre de la cima ardiente

Donde vi, de manera inesperada,

Tres furias asomar, ensangrecidas,

Femeninas de aspecto más que nada

De hidras verdosas por doquier ceñidas,

Por cabello con sierpes y cerastas

Se adornaban las sienes maldecidas”

 

Las Erinias persiguiendo a Orestes
Las Erinias persiguiendo a Orestes

                En la saga de novelas gráficas “Sandman” las Moiras y las Erinias son una misma cosa representada por tres mujeres encargadas del destino, la justicia y la venganza. El aspecto de ellas es el de tres mujeres una joven, otra de mediana edad y una anciana que representan el pasado, presente y futuro (También una referencia a las Nornas, diosas del destino en la mitología nórdica, de la que hablaremos más adelante), aunque todo el tiempo se sugiere que son una misma entidad. La idea de triada que se presenta con Hecate, las Moiras, las Erinias y las Nornas es una característica importante para componer el arquetipo literario de las brujas ya que las brujas más famosas del teatro isabelino eran tres.

Las benévolas en Sandman
Las benévolas en Sandman

 

SHAKESPEARE ES LA CLAVE Y BORGES SABE PORQUÉ.

 

                William Shakespeare en Macbeth introduce como personajes a lo que hoy entenderíamos como tres bujas. Pero Borges nota que en la traducción hay un detalle que cambiaría la concepción de esos personajes. En su texto “Las Nornas” que se encuentra en “El libro de los seres imaginarios” dice lo siguiente: “En la mitología medieval de los escandinavos, las Nornas son las Parcas. Snorri Sturluson, que a principios del siglo XIII ordenó esa dispersa mitología, nos dice que las principales son tres y que sus nombres son Pasado, Presente y Porvenir. Es verosímil sospechar que la última circunstancia es un refinamiento, o adición, de naturaleza teológica; los antiguos germanos no eran propensos a tales abstracciones. Snorri nos enseña tres doncellas junto a una fuente, al pie del árbol Yggdrasill, que es el mundo. Urden inexorables nuestra suerte. El tiempo (de que están hechas) las fue olvidando, pero hacia 1606 William Shakespeare escribió la tragedia de Macbeth, en cuya primera escena aparecen. Son las tres brujas que predicen a los guerreros el destino que los aguarda. Shakespeare las llama las "weird sisters", las "hermanas fatales", las Parcas. Wyrd, entre los anglosajones, era la divinidad silenciosa que presidía sobre los inmortales y los mortales.” Por lo tanto Weird proviene de Wyrd, por lo tanto puede traducirse no como “Brujas” sino como las hermanas del destino”.  Por lo tanto tal vez la construcción del arquetipo de las brujas tan ligada al destino y la venganza tenga su origen en esta síntesis que sucede con las brujas de Macbeth. La palabra Witch que proviene de Wicce que en la cultura celta significa “mujer sabia”, todavía no se pronuncia. Esto es importante porque el paganismo europeo contiene mucho de lo que había sido la cultura celta donde las mujeres sabias eran herbolarias y podían curar gracias a su conocimiento de las propiedades de las plantas. También pensaban que una mujer que volaba era una mujer que había dejado su plano corpóreo atrás gracias a su sabiduría y poder, por eso más adelante se hablará de brujas que vuelan.

Las brujas de Macbeth
Las brujas de Macbeth

 

LAS BRUJAS “REALES” EN EL RENACIMIENTO

 

                En el capítulo II, “Los fundamentos intelectuales y doctrinales de la represión de la brujería diabólica y del sabbat en el siglo XV” del libro Furor Satanae, Martine Ostorero hace un rastreo de los hechos más importantes que se protagonizaron por brujas. “En torno al año 1400 resultaba usual que se admitiera que algunos individuos realizaban maleficios con la ayuda del diablo, ya sea invocándolo o bien suscribiendo pactos con él. Pero en las primeras décadas del siglo XV se forjó una idea mucho más terrorífica: la de una secta de brujos y brujas que se reunían en secreto para adorar al diablo y para dañar al conjunto de la sociedad cristiana, provocando la muerte de sus miembros o destruyendo sus cosechas. Esta creencia nueva constituyó la base de la doctrina de la brujería, que tornó posible la dramática caza de brujas entre los siglos XV y XVII.” Es importante señalar a partir de esta primera cita que el paganismo no es brujería, o no se entiende ni se denuncia ni se juzga como brujería hasta el siglo XV.

                “Durante la década de 1430 aparecieron distintos escritos que, en contextos diferentes, tuvieron por objetivo describir el sabbat de las brujas. Sus autores registraron y dieron forma a una nueva creencia: la de la existencia de hombres y mujeres que formaban parte de una secta clandestina, cuyos miembros habían renegado de la fe y jurado fidelidad al diablo por medio de un pacto. Convocados por los demonios, se reunían en lugares aislados, la mayoría de las veces volando por los aires. Adoraban al diablo y, siguiendo sus órdenes, realizaban maleficios contra las personas, las bestias y los cultivos, con el objetivo de destruirlos o de provocarles la muerte. Se sospechaba que se entregaban a prácticas sexuales con los demonios. Mataban también a los niños pequeños, cuya carne comían o bien utilizaban en la preparación de ungüentos o pociones dañinas. Su existencia constituía una amenaza máxima para la sociedad. Resultaba necesario informar al respecto a las autoridades y a la población en su conjunto, y prepararse para luchar contra este nuevo peligro.”(…) “Estas nuevas prácticas de brujería se caracterizaron por cuatro elementos principales que se agregaron a la realización de maleficios: una dimensión colectiva (secta o sociedad clandestina), la sumisión absoluta y voluntaria que ligaba al brujo con el diablo (apostasía y demonolatría), actos antinaturales como la antropofagia, el infanticidio o los actos sexuales desviados y, por último, el vuelo mágico de los brujos en una importante cantidad de casos”.

               

Las brujas en el sabbat - El aquelarre
Las brujas en el sabbat - El aquelarre

LA CAZA DE BRUJAS

 

                El poder de la iglesia llega a un punto de acumulación que le permite ahora si señalar el paganismo como brujería y comenzar lo que fueron “Las cacerías de brujas”. No podemos ignorar que estamos en una época donde se empiezan a conquistar tierras para construir nuevos mercados y someter de forma violenta todas las comunidades de los campesinos y artesanos para arrebatarles sus propiedades, destruir la producción comunal y hasta quitarles sus casas para que pasen a ser trabajadores asalariados. EL contexto de la caza de brujas no es más ni menos que el paso del sistema feudal al sistema capitalista, y como Karl Marx detalla en el capítulo “La acumulación originaria” de “El Capital” este paso de un sistema a otro no fue pacífico sino que fue absolutamente violento, el más atroz genocidio a nivel planetario que vivió la humanidad. Por eso no podemos entender ingenuamente la cacería de brujas como solo una pelea por parte de la iglesia para lograr la hegemonía religiosa en Europa sino más bien una gran palanca de ayuda a la conquista de tierras y al sometimiento de poblaciones por parte del incipiente capitalismo en el mundo.

               

                Martine Ostorero  nos habla de algunos registros de cazas de brujas. La crónica lucernense de Hans Fründ describe la primera caza de brujas que se desarrolló en Valais entre 1428 y 1436. Fue impulsada por los tribunales laicos en el Valais episcopal y por la justicia eclesiástica en el Valais saboyano. Otro registro es El quinto libro de la Chambre des Comptes del Delfinado, en el que Tholosan dejó registrados los procedimientos relativos a los juicios por brujería. Dice Martine Ostorero “Pero fue tras el paso del predicador dominico catalán Vicente Ferrer que la caza de brujas comenzó en la región. La represión antibrujeril estalló tras un siglo de cruzadas contra los herejes valdenses. Relativas a los demonios no eran puras especulaciones intelectuales sino que tenían otras implicancias sociales, políticas o culturales, pues tuvieron incidencia en una represión: la caza de brujas. Con el sabbat, la demonología erudita devino un problema de primer orden en la sociedad del siglo XV.” Tanto es así que se estima que más de cien mil mujeres fueron asesinadas en hogueras acusadas de brujas. Los juicios eran el paso directo a la condena. Sin embargo ¿era cierto que existía ese Sabbat diabólico?

 

ree

        

        En el capítulo 4: El festín abyecto. Antropofagia, canibalismo y brujería en los orígenes del estereotipo del Sabbat del libro Furor satanae: representaciones y figuras del adversario en la Europa Moderna de Fabián Alejandro Campagne aparece lo siguiente: “El instinto antropófago formó parte de las características esenciales del estereotipo de la brujería a lo largo de toda la Edad Moderna. La hallamos en los perfiles descriptivos abstractos que de las brujas ofrecieron los tratados demonológicos hasta muy entrados los siglos XVI y XVII. Sin embargo, aun cuando en la tratadística tardía la ingestión de carne humana no dejó nunca de mencionarse, se trató la mayoría de las veces de alusiones fugaces. A medida que nos acercamos al siglo XVII percibimos que el canibalismo pierde centralidad en el relato de los demonólogos, desplazado hacia los márgenes por otras piezas del imaginario del aquelarre que por entonces parecían suscitar mayor interés, como la profanación eucarística, las desviaciones sexuales, la magia meteorológica, la posesión diabólica o la metamorfosis licantrópica. Al mismo tiempo las referencias a la antropofagia se estandarizaron y adquirieron un tono marcadamente uniforme. Durante el Renacimiento tardío y el Barroco temprano sólo en la iconografía y en las artes visuales logró la deglución de carne humana asociada al conventículo nocturno conservar un lugar preponderante y un grado elevado de creativa originalidad”.

               

                Es aquí que se nos demuestra como el criterio para justificar una cacería de brujas cambiaba según el cambio en la idiosincrasia de las sociedades y a la conveniencia de la iglesia y el capitalismo. Pero si de desarrollo del capitalismo hablamos es inevitable no hablar del desarrollo del patriarcado. ¿Quiénes fueron las víctimas? En el libro Calibán y la Bruja de Silvia Federici hay un estudio más profundo y dedicado de este fenómeno en relación al desarrollo del capitalismo y el patriarcado, allí Silvia Federici menciona que las victimas acusadas por brujería eran las campesinas solas o las mujeres solas que ponían un negocio de hierbas medicinales que podían autoabastecerse, las viudas, las mujeres pobres solas. O sea la porción de mujeres independientes de los hombres. La caza de brujas fue un terrible genocidio que funcionó como adiestramiento social. Incluso el traspaso de la responsabilidad de la medicina de manos de las mujeres a manos de los hombres se da justamente en este proceso. Las mujeres básicamente tenían prohibido el conocimiento.

 

LA FEALDAD EN EL ARQUETIPO DE LAS BRUJAS

 

 Burchiello Siglo XV

 

Vieja viciosa, pérfida y maligna

Enemiga de todo bien, llena de envidia,

Y bruja encantadora y hechicera,

Triste, agitada, cargada estas de tiña.


Humberto Eco en Historia de la Fealdad asegura que la persecución a las brujas se da más en el renacimiento que durante toda la edad media. Pero él pone el foco en el retrato literario de las brujas donde se exacerba la fealdad. Dice Eco “Desde la más remota antigüedad han existido seres diabólicos expertos en brujerías, filtros mágicos y otros encantamientos. Se les menciona en el código de Hammurabi a comienzos del segundo milenio A.C. y en la biblia donde se habla de la lapidación de nigromantes y adivinos. La cultura griega conocía magas como Medea y Circe, en las leyes romanas de las 12 tablas se condenaba la magia negra y en la literatura latina hallamos testimonios como los de Horacio y Apuleyo. Desde los inicios, aunque se reconociera que la magia negra era practicada tanto por hombres como por mujeres por una especie de misoginia arraigada se identificaba al ser maléfico preferentemente con una mujer. En la edad media ya se menciona el aquelarre como una reunión diabólica en la que las brujas no solo se dedican a hacer encantamientos sino que organizan incluso auténticas orgías manteniendo relaciones sexuales con el diablo bajo la forma de un macho cabrío, símbolo de la concupiscencia. Por último la imagen de la bruja que cabalga a lomos de una escoba representa una clara alusión fálica.” (…) “Las llamadas brujas eran ancianas hechiceras que afirmaban conocer hierbas medicinales y otros filtros. Algunas eran pobres intrigantes que vivían a costa de la credulidad popular, otras estaban realmente convencidas de tener relaciones con el demonio y eran casos clínicos. Pero en conjunto las brujas representan una forma de subcultura popular.”

                Eco asegura que en la mayoría de los casos las víctimas de la hoguera fueron acusadas de brujería porque eran feas. Y a propósito de la fealdad incluso se ha imaginado que en los aquelarres infernales podían transformarse en criaturas de aspecto atractivo, aunque marcadas siempre por rasgos ambiguos que revelaban su fealdad interior. Sin duda este elemento va a ser tomado para la construcción del arquetipo de las brujas en el mundo de la ficción. De hecho en la película "La sustancia" el personaje de Demi Moore en un momento es tranformado en una vieja encorvada que horroriza por su decrepitud y que al mismo tiempo cocina compulsivamente. Se impone en estas escenas la idea clásica de bruja.


                Volviendo a Silvia Federici y a su  libro “Calibán y la bruja”, allí se hace foco en la edad. La mayoría de las acusadas eran mujeres grandes fuera de la edad reproductiva, porque era fundamental para el incipiente y voraz capitalismo que exista mano de obra y el ejército de reserva (masa de obreros desempleados), por ende las mujeres debían tener muchos hijos y si no podían mejor acusarlas de brujas.

                Eco aclara que una vez que cesan las persecuciones, la imagen de la bruja no declina, sino que continúa viviendo en la literatura fantástica y terror. Reaparece en obras de Lovecraft por ejemplo.

 

La bruja en Blancanieves
La bruja en Blancanieves

EL CAMBIO EN EL ARQUETIPO DE LAS BRUJAS

 

                Es un tanto imposible hacer mención acá de todas las brujas que participan en la literatura. Pero ya que mencionamos a las brujas de Macbeth nos gustaría comentar un personaje previo que es también fundacional para la concepción literaria de la bruja. En las sagas artúricas aparece la reina de las tierras baldías, Morgana le Fay, media hermana de Arturo, esposa del rey Uriens, madre de Uwain. Su hijo llega a decirle "Ya casi no puedo os llamar madre pues parece que fuera un demonio quien me trajo al mundo". Sin duda Morgana es referencia para la creación de las brujas más famosas que aparecen en las recopilaciones de los hermanos Grimm y luego en las películas animadas de Disney. Sin embargo no se la denomina como bruja, más bien como una hechicera que tiene un poder comparable al del famoso mago Merlín.

                Lo cierto es que a lo largo de la historia se fue construyendo hasta mediados del siglo XX una idea de bruja oscura, vieja y fea, que come carne humana o niños, que hace pociones para envenenar a quien envidia o para arrebatar la juventud, la belleza o el poder de una princesa o reina. Que puede mostrarse como joven para atraer al héroe y después develar su verdadero rostro y matarlo. Que tiene comunicación con entidades diabólicas, que puede predecir el futuro o leerlo y urdir planes malévolos para torcer el destino de sus enemigos. En los arcos argumentales de las películas de terror aún hoy se sostienen este tipo de personajes como en las películas de “El proyecto Blair Witch”.

                Pero luego de la segunda mitad del siglo XX hay cambios y por momentos un aggiornamento de la bruja en la ficción. En la segunda mitad del siglo XX tenemos en los 60' hechizada, una bruja joven, bella, madre de familia. Una bruja que deja de ser vieja y fea pero también deja de lado toda su tradición para convertirse en una tradwife. En los '70 la bruja del 71 del chavo del 8 (que no era precisamente una bruja, solo una mujer mayor). En el 89 tenemos a Úrsula la icónica bruja de la Sirenita (Úrsula retoma las características de las brujas clásicas) y en el 90 protagonizan la comedia como en “Las Brujas”, “Abracadabra” y “Sabrina la bruja adolescente”. En los 2000 Harry Potter populariza aún más en el cine la ya muy popular la saga de novelas infantojuveniles. Y mantiene la vigencia del tópico brujas en la cultura popular.

                La literatura fantástica y de terror sumado a las películas de Disney construyeron un arquetipo fundamental en la cultura. En lo que va del Siglo XXI se han estrenado un promedio de cuatro películas o series por año sobre brujas. Algunas muy populares como Ágata y Wanda Scarlett Witch del universo Marvel o Raven del unvierso DC. The Wicked musical hecho película rompió records de taquilla, Maléfica ya es un clásico para las nuevas generaciones y una saga de videojuegos exitosos como the Witcher que también tiene su película y serie.

 

The Wicked
The Wicked

                En muchos casos de estos ejemplos se abandonó la idea de la bruja maligna. Los tiempos cambiaron y el antifeminismo renacentista quedó muy atrás. La crisis de los discursos hegemónicos eclesiásticos le abrió la puerta al regreso del paganismo, los signos zodiacales, la lectura de cartas, el tarot (ya se imaginan en quien estamos pensando), la medicina alternativa como parte del cuestionamiento al negocio espurio de los laboratorios, y sin dudas que la revolución feminista contra el patriarcado impuso una revisión y una relectura del lugar de la mujer empoderada en la ficción para que no ocupe siempre un rol secundario o de villana sino de protagonista y heroína. Tal vez el caso más emblemático es el de Lilith antes negada y censurada por la iglesia, hoy reubicada como una representante de la pelea contra la sumisión. Todos estos cambios asocian a la bruja al poder, la independencia, el empoderamiento, la autodefensa, la inteligencia y porque no la venganza contra la opresión.


ree


Dejame un like y comenta si te gustó esta nota.

Comentarios


Join my mailing list

Thanks for submitting!

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

bottom of page